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«Suelta tus rindas y sonríe»

Inglaterra. Cae el telón del año 1980. Hilary es una mujer de mediana edad que vive sola y trabaja como gerente en un cine clásico llamado Empire. Ella se exhibe como una dama un tanto arisca pero con la cordialidad suficiente como para sentirse a gusto. Las habituales visitas a la oficina de su jefe sirven más como una descarga interna que como un placer necesario. Un día, ingresa a laborar al sitio un joven llamado Stephen, y a partir de allí, la percepción de su sentido de existencia comienza a virar hacia lugares bellamente insospechados.

‘Empire of Light’, film dirigido y escrito por Sam Mendes, es un relato que exhibe los ribetes de la condición humana en varias escalas. Muchas veces nos preguntamos que pasará por la mente de aquellas personas que muestran un aura un tanto solitario, y cuyo comportamiento denota una vida de altibajos, triunfos fuertes o vivencias resonantes.

La película abarca diversos temas: La psicología interna, el odio y el racismo, las proyecciones presentes y/o futuras y la compañía. A pesar de los problemas que tiene Hilary, que eventualmente se irán divulgando, la rutina parece atrapar a esa mujer que se siente más cómoda en su propio mundo, pero que igualmente percibe una inquietud que no la deja tranquila.

Por eso, la aparición de Stephen es la llave que reabre su corazón a nuevos universos, nuevas experiencias y la sensación de sentirse acompañada sin cuestionamientos ni presiones, forjando una profunda amistad. Ambos provienen de orígenes distintos, e incluso hay una diferencia de edad, pero nada impide que esos ‘opuestos’ se toquen favorablemente.

El film también muestra a los inadaptados de siempre alimentando sus propios egos violentos, en una Gran Bretaña que siempre ha tenido conflicto con grupos extremistas y racistas. Stephen, al ser negro, se convierte en un habitual objetivo de estos sujetos, en un asunto que no es el tema central de la producción, pero que es llevado con tiño. Por su parte, la música, de Trent Reznor y Atticus Ross tiene los acordes precisos para nutrir la historia.

En el último tiempo ha habido varios largometrajes que profesan el amor y la magia del cine. ‘Empire of Light’, es otro claro ejemplo. Con la ayuda de la notable fotografía del genial Roger Deakins, que le valió una merecida nominación al Oscar como Mejor Cinematografía, la película no solo ofrece postales emotivas con un encuadre justo, sino que también nos presenta planos en donde el sonido del carretel cinematográfico es lo único que se requiere para que comiencen los sueños y todos los problemas pasen a segundo plano.

Olivia Colman realiza una muy buena ‘performance’ como Hilary Small, en tanto que el joven Micheal Ward también compone un grato trabajo en el rol de Stephen. El reparto secundario incluye al siempre sagaz Toby Jones y al gran Colin Firth en un papel tal vez demasiado puntual.

A veces, la felicidad, efímera o extensa, puede comenzar con una mirada, unas manos entrelazadas, un momento compartido. En ese instante, no hay pasado, ni futuro, solo el presente que nos recuerda cuan vivos estamos y que querríamos que durara para siempre.

Puntaje: 8 de 10

Guillermo Bruno