Seleccionar página

El regalo prometido: Un rescate inesperado 

Por Jorge Pinzón Bermúdez

Nostalgia, navidad, televisión y cine.

El ritual cinéfilo de esperar al mes de diciembre para ver películas relacionadas a la Navidad está directamente ligado al fenómeno de la televisión. Es el momento del año en donde todos los canales de televisión, nacionales e internacionales, de cable y sobre todo de aire, se dedican a pasar las denominadas “películas navideñas”. Films en donde la navidad funciona casi que como un protagonista más, haciéndose presente de manera estructural, afectando para bien o para mal el andar de sus protagonistas. Cabe remarcar la importancia del formato VHS para reforzar este espíritu cinéfilo-navideño.

Para remontar al apogeo de este rito, es preciso ir a la década del 90’, y cada vez con menor intensidad con el correr de la primera década del 2000, en un contexto de consumo audiovisual pre plataformas de streaming.  Es el año 1996 en el cual El regalo prometido (Jingle All the Way, Brian Levant), es estrenada en cines. Siendo, probablemente junto con Mi pobre angelito (Home Alone, 1990), y la posterior El Grinch (How the Grinch Stole Christmas, 2000) la película navideña más popular para varias generaciones de televidentes. Un Arnold Schwarzenegger, post gloria ochentosa, pero de presente errático luego de las fallidas Junior (1994), y El protector (Eraser 1996).  Junto con el jovencísimo Jake Lloyd posteriormente popularizado como el pequeño Anakin Skywalker de los midiclorianos, en la denostada La amenaza fantasma (The Phantom Menace, 1999) de la saga de Star Wars, funcionan como un reflejo de dicha década.

Sería redundante describir la trama de una película tan vista como esta. Mucho más interesante puede resultar plantear y trazar, ciertas ideas y paralelismos, que se ven representados en el film, ya habiendo pasado 26 años de su estreno. La autoconsciencia que atraviesa El regalo prometido deriva en un tono y una estética absolutamente camp, que puede no gustar o hasta ser subestimada; pero que buscada de manera intencionada, resulta en ocasiones, muy efectiva. Los diálogos anticuados y absurdos, la estética de Turbo Man y su sidekick Booster, algo así como una versión monstruosa y antropomorfa del malvado Lotso de Toy Story 3 (2010), dan cuenta de esto. En este sentido la estética del Turbo Man de Schwarzenegger, parece un punto intermedio entre la figura de acción de El ultimo héroe de acción (The Last Action Hero, 1993), y El Dr. Frio de la infame Batman y Robin (Batman & Robin 1997). 

  La idea de navidad planteada en El regalo prometido puede ser vista y analizada de dos maneras distintas. El vínculo entre lo navideño, el consumo exacerbado, y el exitismo hacen que una primera lectura de la película se dé a partir de esa primer capa. Si bien Howard tiene una relación poco fluida y descuidada con su esposa e hijo, la sensación de que si no consigue el muñeco de Turbo Man a tiempo, corre el peligro de perder su lugar en su propia  familia, de manera un poco perversa, a manos de un desagradable pero gracioso vecino Ted (Phil Hartman) argumentan esta primera interpretación. Las escenas en donde Howard encuentra a Ted poniéndole las luces a la casa del primero así como la de la conversación por teléfono, son muy divertidas, pero también bastante crueles. Que el insoportable y desdichado Myron (Sinbad), sea un pobre trabajador al que no le salen las cosas bien, pero que es capaz de ir preso con tal de cumplir con lo que se espera de él con respecto a su rol de proveedor, va en el mismo sentido. 

Una segunda lectura del espíritu navideño representado en la película de Brian Levant, puede darse a través del tono paródico que deviene del hecho de saberse una sátira. Que los sujetos que representan a Papá Noel y sus duendes, sean una banda de delincuentes organizados, dedicados al contrabando y estafa de juguetes, no solo hace reír, sino que es al mismo tiempo una hermosa relectura del relato navideño. En la misma dirección las dos escenas de las peleas en las jugueterías con los empleados de las jugueterías que se burlan de la ambición desenfrenada de sus clientes, mientras golpes y góndolas rotas se van sucediendo, son sumamente graciosas y elocuentes. Una mención especial merece la escena de la pelea entre Schwarzenegger y el reno de Phil Hartman, predecesora del legendario tiroteo de Jim Carrey a la vaca en Irene, yo y mi otro yo (Me, Myself & Irene, 2000).

Otro aspecto  fundante del film es el abordaje que este hace, con respecto a la figura del superhéroe pre hegemonía MCU, en donde el acercamiento es más desde lo paródico que desde cierta pretensión a ser tomado en serio. Dos ejemplos televisivos que grafican de manera perfecta, esta etapa menos estimada del género súper heroico son: la serie televisiva Mighty Morphin Power Rangers (1993-1994), conocida simplemente como Power Rangers, dedicada al público infantil. Y el gran capítulo de la también serie televisiva de terror infanto-adolescente Escalofríos (Goosebumps, 1995-1998), el cual puede verse en YouTube, llamado El ataque del mutante. En dicho capitulo un adolescente descubre que el mundo de sus comics sobre superhéroes es parte de la realidad. El metalenguaje acá es preponderante, como en el final de esta película, en donde el Howard de Schwarzenegger termina materializándose en Turbo Man.

El rescate

Muchas veces la nostalgia producida por películas visionadas durante la infancia o que significan de manera especial por ser vistas en un momento determinado, no suelen ir de la mano con la crítica. El caso de El regalo prometido podría enmarcarse en ese lugar de desprestigio critico en contraposición a lo popularidad causada por el film. Por eso es para considerar, cierto rescate a esta película, que sin ser una obra maestra, entretiene, hace reír, al mismo tiempo que representa satíricamente, el afamado espíritu navideño. Recordar cada diciembre a Schwarzenegger disfrazado de Turbo Man posiciona al film como decidido clásico navideño. Ese es, probablemente junto con la buena taquilla, el lugar que siempre pretendió conseguir.

– Acá pueden ver los textos de todos los alumnos del Laboratorio de Críticas –

NUEVO NUMERO DEL LABORATORIO DE CRITICA