Dentro de las irrupciones narrativas audiovisuales, la secuela se ubica entre los procedimientos más recurrentes en el género de terror. Utilizar una fórmula de probado éxito, un personaje carismático o tender los rieles más alargados para un mundo ficcional se ubican entre los fundamentos para ver una y otra vez a asesinos, monstruos, entidades y demás construcciones armadas para la generación de miedo en el espectador. Con las secuelas llegan los prejuicios, esos sentimientos (muchas veces válidos) que bañan a la continuación de turno de un halo negativo. En términos deportivos, la segunda, tercera o enésima parte corre con desventaja contra la aparición inicial de ese personaje o mundo cautivante para tantos espectadores.
En este nuevo número del Laboratorio de Los Cuenta Historias, las secuelas de terror tienen su revancha, gracias a la posibilidad de la relectura como consecuencia del paso del tiempo. En el corpus se encontrarán con continuaciones vilipendiada casi en unanimidad, otras desconocidas por el gran público y muchas más que les invitarán a verlas o a reverlas con la excusa de otorgarles una nueva oportunidad.