Durante este mes de agosto en “Los cuenta historias” decidimos celebrar el cumpleaños de Alfred Hitchcock con diversas actividades. Entre ellas, y casi por obra y gracia de la espontaneidad (y de la canonización autoral), se encuentra este número dedicado a la obra de este gran director. El hacer comienza en la acción de pensar, es por ello que los y las integrantes del “Laboratorio de críticas” armaron un corpus de once películas, cada uno/a se abocó a una obra en particular. Lejos de ajustarse a la popularidad (en un sentido inerte y automatizado) las elecciones fueron puramente direccionadas hacia la curiosidad y el interés por compartir la mirada sobre películas menos conocidas. En el caso de los títulos más rutilantes los trabajos se orientaron para un costado menos alumbrado, pero iluminado por las observaciones y conceptos.
En cierta forma, es un pequeño ensayo colectivo sobre la obra del director más influyente del siglo XX (probablemente junto a John Ford) con una perspectiva que abarca tanto lo formal como lo temático, en el paseo se puede apreciar el prisma de ver sus películas parados en estos tiempos, aunque sin la vara de un castigo retroactivo.
El corpus incluye su primera y última película, en el medio se incluyen algunos éxitos y, también, fracasos. Hitchcock fue algo más que un director de estudios para nutrir la taquilla, como así también más que ese apodo de “el maestro del suspenso”. Una buena opción para escaparle a esos dos lugares comunes es adentrarse en la lectura de los textos que componen el presente número del “Laboratorio de críticas”.
