
Matilda: De la ironía escrita a la sátira visual Por Camila Arjemi Alvarez
Hay películas que marcaron a toda una generación en los 90, y Matilda, es sin dudas una de ellas. A simple vista parece un relato infantil, pero tanto la novela de Roald Dahl como la adaptación cinematográfica dirigida por Danny DeVito esconden una trama mucho más profunda y oscura. Narra la vida de una niña con una inteligencia extraordinaria y una pasión incansable por la lectura, que crece en un hogar donde su familia no solo la ignora, sino que además la ridiculiza y castiga.
Mientras que el libro resalta con ironía el contraste entre la inocencia infantil y la crueldad adulta, la película traduce esa mirada mediante recursos audiovisuales: primeros planos grotescos de los padres, música caricaturesca y actuaciones que rozan la parodia. Escenas como el lanzamiento de Amanda por las trenzas, el banquete forzado de Bruce con la torta de chocolate o los objetos que cobran vida en la casa de Matilda convierten la crítica social en un espectáculo audiovisual inolvidable. De este modo, la tensión entre la infancia y el abuso adulto se mantiene, pero adopta un código más accesible para el espectador familiar de los 90. Aunque no fue un gran éxito de taquilla, con el tiempo se convirtió en una película de culto.
De Inglaterra a Hollywood: variaciones en la trama y los personajes
Dahl sitúa la historia en Inglaterra en los años 80, con referencias al sistema escolar británico. DeVito, en cambio, la traslada al suburbio norteamericano, con una estética noventera marcada por autos brillantes, televisores omnipresentes y colores estridentes. Aun así, conserva la crítica al consumismo que ya estaba en el libro.
En la película aparecen agentes del FBI que investigan los negocios turbios del señor Wormwood, lo que lleva a la familia a huir del país. En el libro, Matilda descubre esas estafas, pero la investigación no ocupa un lugar central.
El tema de la adopción también se maneja distinto: en la novela, la familia de Matilda se va con tanta prisa que apenas se despiden; en la película, ella tiene preparados los papeles y logra tener una despedida con su familia.
Matilda se muestra más emotiva y expresiva en la pantalla que en la novela donde su ingenio se presenta con mayor sobriedad.
Los poderes de Matilda en el libro desaparecen cuando encuentra un equilibrio junto a la señorita Miel, como símbolo de que la magia surge de la necesidad. En la película, permanecen hasta el final, reforzando su rol heroico y ofrece un cierre más esperanzador.
Los padres de Matilda en las dos versiones representan la ignorancia y el materialismo, pero en el film su comicidad grotesca se enfatiza aún más.
Agatha Tronchatoro, la gran villana, tanto en la novela como en la película es la personificación del abuso de poder y la tiranía, aunque en la pantalla grande se potencia su dimensión física: la voz grave, la altura imponente y los castigos que ejerce. Además, en la película, tiene un final más espectacular con la escritura en la pizarra y la rebelión de los niños, donde simplemente asustada huye del pueblo, algo que en el libro no sucede tan así.
La señorita Miel mantiene su rol de figura protectora, pero en la película se la presenta como más vulnerable para reforzar el vínculo maternal con Matilda. Es una de las que comprende porque también sufrió a Tronchatoro como su tutora.
Otros personajes desaparecen o se reducen en la adaptación: la señora Phelps, la bibliotecaria que en el libro es una de las primeras aliadas y lugar de refugio lector de Matilda, apenas aparece en la película con un rol secundario y casi anecdótico. En cuanto a Fred, es presentado en la novela como uno de los primeros amigos de la protagonista, quien le presta su loro para idear una broma contra sus padres como represalia por un castigo injusto. La película omite este episodio para simplificar la trama.
El narrador en el libro conserva la voz omnisciente de Dahl, cargada de ironía y complicidad. La película reemplaza ese tono con la voz en off de Danny DeVito, más cercana al cuento oral que a la sátira.
El origen oculto de Matilda
El borrador inicial de Dahl presentaba a Matilda como una niña malvada que usaba sus poderes para ayudar a un profesor a ganar apuestas en carreras de caballos. A pedido de su editor Stephen Roxburgh, el autor reescribió por completo la historia y la transformó en una niña inocente, apasionada lectora y víctima del maltrato familiar. Ese cambio de enfoque, que demoró más de un año de trabajo, dio origen a la Matilda que conocemos hoy como símbolo de inteligencia, imaginación y resistencia.
La obra se convirtió en unos los títulos más emblemáticos de Roald Dahl. Además de Matilda, otras de sus historias fueron llevadas al cine: Willy Wonka y la fábrica de chocolate (1971), Gremlins (1984), Las brujas (1990 y 2020), James y el durazno gigante (1996), El gran gigante bonachón (1989 y 2016), Charlie y la fábrica de chocolate (2005), El fantástico Sr. Fox (2009), Esio Trot (2015) y Matilda, el musical (2022).
Humor negro con sello propio
Dahl y DeVito comparten una mirada similar a la hora de contar historias: ambos utilizan la exageración, el humor negro y la parodia para denunciar la crueldad, como puede verse en filmes de DeVito como Tira a mamá del tren (Throw Momma from the Train, 1988) o La guerra de los Roses (The War of the Roses,1989). En Matilda esa afinidad se vuelve evidente con los padres de la niña y la señora Tronchatoro como adultos abusivos y el empoderamiento de los niños.
Roald Dahl, fallecido en 1990, no llegó a ver la adaptación, aunque su familia avaló el proyecto.
Detrás de cámara: secretos y curiosidades de la adaptación
- Danny DeVito fue director, productor, actor (señor Wormwood) y narrador.
- En la vida real, DeVito y Rhea Perlman (la madre de Matilda en la película) eran pareja.
- Mara Wilson fue elegida por su naturalidad y ternura, y aceptó el papel porque su madre, que falleció durante el rodaje, era fanática de la obra de Dahl.
- Varias escenas memorables provienen directamente del libro: el lanzamiento de Amanda por las trenzas, el pastel de Bruce o la tiza escribiendo en la pizarra (aunque en la novela no aparece de esa forma).
- En una escena puede verse un retrato de Roald Dahl como Magnus, el padre de la señorita Miel.
- En una entrevista DeVito contó que sus hijos le presentaron el libro y con su mujer lo leyeron y pensaron que sería una obra maravillosa para adaptarse al cine: “Esto es increíble. Esto es maravilloso. Tiene papeles geniales para nosotros y es genial para los niños'».
Cuando la bondad vence a la crueldad
La historia de Matilda, es en esencia un relato de superación. Tanto en la novela como en la película, la protagonista logra transformar el dolor y el abandono en fortaleza a través de la lectura, la inteligencia y la imaginación. Mientras que, en el libro, Roald subraya que la verdadera magia aparece en los momentos de necesidad y desaparece cuando Matilda encuentra un entorno seguro con la señorita Miel; la versión de DeVito muestra ese poder como símbolo del empoderamiento permanente, reforzando la esperanza de la niña. En ambos casos es el mensaje es claro: frente a la crueldad adulta y a un mundo que parece hostil, la resiliencia, el ingenio y la bondad permiten abrirse camino y lograr construir un hogar.