No hables con extraño – Horas de terror: Parece fácil, pero decir que no da miedo Por Ery Zur Werra

Con el paso de los años el terror fue teniendo diferentes momentos en la historia del cine, si bien sigue siendo un género dejado de lado para ciertas cuestiones ganó mucho terreno con grandes títulos que quedaran por siempre en la memoria de los espectadores, demostrando que el miedo puede ser mucho más que un asesino con un cuchillo. El miedo puede no detectarse, estar escondido en lugares comunes o estar encarnado en la persona u objeto menos pensado. Y eso a veces es lo que más da miedo.
Podría decirse que por cada persona se puede encontrar un miedo diferente, uno puede tenerle miedo a los botones, a los títeres de trapo, a la oscuridad, a los monstruos, payasos, animales y un largo etc. Hay miedos mas triviales y miedos más profundos, miedos psicológicos que conformar el nuevo “terror elevado”, dando a entender que todo lo demás es un terror inferior, como si el género recién ahora demostrara que puede ser complejo. Disculpen, pero si para hacer cine inteligente hay que meter psicología, llegaron un poco tarde porque ya lo hizo Hitchcock en el año 1960.
Asi de amplio es el género, hasta se puede discutir qué es terror y qué no, aunque en realidad se debería discutir si a una u otra persona, esa temática le da miedo. Porque a uno no le de miedo, no significa que la película esté mal catalogada. Eso tambien trae confusión a los espectadores, porque es real que muchas veces son vendidas como algo que no son y se termina confundiendo a su “primo hermano”, el suspenso, como terror.
Por eso cuando uno busca una película dentro del género, debe preguntarse ¿Qué me da miedo? Yendo a lo trivial como mencionábamos antes, una de los puntos que aterrorizan a gran parte de la sociedad es que las vacaciones salgan mal. Después de estar planeándolas por tanto tiempo, que algo no salga como era debido, siempre es malo. Llegar y que no esté la reserva del hotel, que se cancele un vuelo o incluso que se caiga el avión son miedos típicos. Hasta son situaciones con las que se pueden convivir, porque una vez en destino y confirmando que nada de todo lo pensado sucedió, nos olvidamos. Salvo que veas estas dos películas. Verlas significa desbloquear un nuevo temor. No hables con extraños (Speak No Evil, 2024) y Horas de terror (Funny Games, 1997) tienen varios puntos en común: ambas películas tienen dos familias de 3 personas, viajan de vacaciones al exterior y se encuentran con extraños que pondrán en juego más que su estadía en el hotel.
Mejor no hacer amigos
No hables con extraños tiene una versión original del mismo nombre creada en 2022. En esta nueva versión el director James Watkins nos presenta a la familia Dalton, compuesta por los padres Ben (Scoot McNairy) y Louise (Mackenzie Davis) y su hija Agnes (Alix West Lefler). Hace poco viven en Inglaterra y deciden hacer un viaje a Italia para apaciguar los problemas laborales y de pareja que estan teniendo. No hace tanto Ben descubrió que su esposa tuvo un intercambio de mensajes con otro hombre y eso puso en jaque su relación, su seguridad y su rol de hombre dentro de la familia. Sumado a los problemas de ansiedad que tiene su hija, podría decirse que es quien más necesita esas vacaciones para poder volver a encontrase.
Luego de unos días bastante buenos, se cruzan con otra familia que esta alojada en el mismo hotel y que tambien tienen un hijo de la misma edad que la suya. Ben y Louise los observan viendo la contracara de lo que ellos son, esta gente es extrovertida, no tienen miedo de tomar alcohol por la tarde, no les importa si gritan o si salpican a la gente cuando se tiran a la pileta, no les importa el que dirán. Es posible que ellos quisieran ser así, pero son demasiado correctos.
Al final, comparten unos días juntos y aquí es donde conocemos un poco mas a Paddy (James McAvoy), su esposa Clara (Aisling Franciosi) y su hijo Ant (Dan Hough) quien tiene una dificultad en el habla.
Como casi siempre pasa en este intervalo de la vida real, todo parece más brillantes de lo que realmente es y cuando las vacaciones estan terminando Paddy los invita a que, en otro momento, puedan ir a su finca a pasar unos días. Todos dicen que sí y piensan que va a quedar en la típica frase adolescente “que no se corte”, pero tiempo después y para sorpresa de Louise llega una postal con la invitación real. Ella no esta tan segura de aceptarla, después de todo no los conocen tanto como para instalarse en su casa, pero como Ben se ve tan entusiasmado y ella esta en capilla por su supuesto amorío, termina cediendo.
Se reencuentran, la casa es muy acogedora, aunque estan en el medio de la nada con los primeros vecinos a miles de hectáreas de distancia, típico escenario para una película de terror. Hasta acá, no hay nada por lo que temer, al menos no algo directo. Porque con el transcurso de las horas, empiezan a ver situaciones que no los hacen sentir cómodos, no son preocupantes, pero los empiezan a incomodar. Esto hace que en dos oportunidades tengan la intensión de abandonar a sus anfitriones, incluso sin decirles nada, pero siempre terminan cediendo y escuchando las justificaciones de porque Paddy y Clara actúan como actúan. En realidad, Ben y Louise nunca compran al cien por cien las explicaciones que les dan, pero son los anfitriones. Si bien la intensión está, pareciera que la vergüenza por quedar como desagradecidos o descorteses es más fuerte que todas las situaciones que estan viviendo.
El personaje de James McAvoy esto lo sabe, su elección de nuevos amigos no es al azar. El mismo lo dice: “el juego esta en atraer a la presa hasta la trampa”, no necesita hacerlo con violencia. Al menos no al principio, solo tiene que ser generoso, carismático, ofrecerles su casa como estadía ¿después de todo lo que hizo por ellos lo van a dejar así?
Tanto la original como esta mantienen en común esto último, usan la cordialidad del otro como arma contra ellos mimos. Si bien la película del 2022 tiene una critica mucho mayor y se centra en la comunidad danesa con su exceso de complacencia, la versión estadounidense trata de seguir por el mismo camino, aunque el foco se pone sobre el papel del hombre dentro de la familia y su masculinidad, no llegando a ser una critica per se si no un medio para situar un momento de vulnerabilidad del cual los villanos se aprovechan.
En este punto, el cometido lo logra mejor la original, poruqe todo el tiempo se piensa en “¿porque no hacen algo?” e incluso se termina odiando a las víctimas. Tambien es mucho mas cruda y menos esperanzadora. Por el lado de la versión del 2024, su fuerte justamente es que la familia Dalton actúa, por supuesto las actuaciones son bastante mejores, encabezadas por el gran McAvoy y tiene un punto mas por darle mayor protagonismo a los niños de la historia. Dos versiones que pueden convivir sin ningún problema y que viendo una, no se arruina la experiencia de ver la otra, sin importar el orden en que se vean.
Mejor no tener huevos
Por caminos parecidos va a ir Horas de terror (Funny Games, 1997), con un agregado peor, acá la familia no va a la casa de unos extraños, los extraños llegan a su puerta. La invasión doméstica (home invasión) es uno de los miedos más profundos que se puede sentir, porque se supone que en las viviendas de cada uno, deberían sentirse a salvo. Y más si se está distendido en la casa de campo.
En esta oportunidad Georg (Ulrich Mühe), Anna (Susanne Lothar) y Schorschi (Stefan Clapzynski) viajan al a su casa del lago a desconectarse de la rutina. Allí conocen a sus vecinos, el lugar les es familiar y tienen todas sus actividades planeadas, pero a diferencia de la otra película, no logran disfrutar ni un día de su escapada. Al poco tiempo de instalarse, dos adolescentes llamados Paul (Arno Frisch) y Peter (Frank Giering) se presentan en su casa vestidos de blanco impoluto y muy educados pidiendo unos huevos para una de las vecinas de Anna, a uno de ellos incluso lo había presentado otro de sus vecinos, asi que no veía nada raro en la petición de estos muchachos, hasta que es demasiado tarde y los tienen instalados en el hall de entrada y luego en su living. Si bien se utiliza la violencia desde un primer instante para mantenerlos calmados, al comienzo la familia no está atada ni encerrada, pero la consigna es lo que los paraliza ¿Cuántas horas lograran sobrevivir?
Paul y Peter no infringen violencia física constantemente, pero tampoco les hace falta, con el padre de familia lastimado y un menor en su presencia, saben que no van a reaccionar incoherentemente. Ellos lo saben, tienen practica y no tienen miedo, saben que siempre ganan la apuesta.
Aca tambien hay situaciones en donde intentan algo, pero el miedo es paralizador, cuando pueden moverse es porque los victimarios se lo permitieron y ya lo tenían contemplado en su plan. Saben como quebrarlos para que pierdan tiempo valioso en el momento que debían correr.
El terror no siempre se esconde detrás de una mascara
Podría decirse que en ambas películas la familia victima tiene posibilidades de escapar y es imposible que el espectador no piensa indignado “¿porque no hacen esto?” o “yo hubiera hecho tal otra cosa”. Aunque siendo justos, los protagonistas de Horas de Terror la tenían un poco más difícil. Pero el miedo es el mismo, la incapacidad de reacción y la imposibilidad de decir que no.
En ambas historias son prisioneros de su propia libertad, todos podrían haber hecho algo diferente si tan solo se hubieran permitido ser descorteses, ser malos invitados o malos vecinos. El miedo a decidir es el mayor terror, causa incertidumbre poruqe esa decisión tiene dos destinos posibles, pero no tenemos la certeza de cuál será el final.
Luego de la segunda guerra mundial, se comenzó a hablar mucho de la obediencia debida y fue motivo de muchos estudios sociales ya que varios jerarcas nazis, para no tomar responsabilidad por sus actos, declaraban que lo hecho solo fue por seguir ordenes de un superior, ellos no podían contradecirlos. Pero en el fondo de la naturaleza humana siempre tenemos libertad a negarnos, aunque eso signifique la muerte. Decir que no es difícil y peor en situaciones extremas.
Por supuesto ninguno de nuestros protagonistas iba a pensar que el ser amables los iba a perjudicar y mucho menos pensaban que se iban a encontrar con un par de psicópatas en medio de sus vacaciones. Pero el miedo a defraudar al otro fue el combustible de estos cuatro seres del mal. Incluso en ambas películas encontramos respuestas parecidas a la pregunta ¿Por qué hacen esto? Paddy dice que lo hacen porque se lo permitieron y Paul contesta “¿Por qué no lo harían?”
Aunque sea terrorífico aceptarlo, los dementes no son los únicos que pueden ser asesinos, el ser humano en si mismo puede ser malo sin motivo lógico. Es mas simple pensar que el monstruo es algo paranormal que se esconde debajo de la cama a creer que nuestro vecino es un psicópata.
Al final ¿Qué se cancele un vuelo no parece tan malo verdad?


