
Abigail – There’s Something Wrong with the Children: Dejado que los niños vengan a mi Por Pam Rodriguez
En un mundo donde no es extraño que el primer enemigo de los niños sean los adultos el cine se encarga de crear historias que les den la oportunidad de vengarse a estos pequeños que para nada son indefensos. Rememorando a una joven Kirsten Dunst en Entrevista con el vampiro (Interview with the vampire, 1994) llega Abigail (2024) una pequeña ballerina interpretada por Alisha Weir(Matilda, 2022) que está a punto de ser secuestrada por un interesante grupo, pero lo que no saben es la sorpresa que se van a llevar. Los perpetradores son Dan Stevens (“Legión”, 2017-2019), Melisa Barrera (Scream, 2022), Kathryn Newton (Lisa Frankenstein, 2024), Kevin Durand (Legión, 2010) y Angus Cloud (“Euforia”) quienes pretenden secuestrar a la hija de 12 años de un importante mafioso del inframundo para descubrir que la niña es una vampira ávida de sangre. Se desata entonces un juego de gato y ratón coronado por la perspicacia e inteligencia de la chupasangre que desde el principio tiene control de la situación y el plan por el que iban a cobrar millones de dólares en realidad fue idea de la “monstruita” para alimentarse y a la vez ganar el amor de papi. Es así como Abigail nos informa que organiza junto a Lambert (el terrorífico y maravilloso Giancarlo Esposito) estos secuestros donde gente que perjudicó a su padre se convierte en su alimento y ella puede conseguir una digna cacería. Humor, sangre y ballet se combinan mientras la película entrega exactamente lo que prometió. Las mentiras e intrigas que generan los adultos se contraponen con la brutal honestidad de Abigail que no tarda en revelar las identidades y trasfondo de cada personaje que suponemos es una amenaza para la pequeña.
Pequeños pedacitos (Tinny little pieces)
Es de esperar que una película de vampiros recurra a historias e incluso a recursos que ya hemos visto y se haga referencia a grandes clásicos como Diez Negritos (And Then There Where None,1939) novela de Agatha Christie que tuvo varias adaptaciones, Del crepúsculo al amanecer (From Dusk Till Dawn, 1998) de Robert Rodríguez e incluso a Boda sangrienta (Ready or not, 2019) que resultan ser de los mismos directores de Abigail quienes han asegurado que ambas peliculas ocurren en el mismo universo. Más allá de las referencias y similitudes evidentes podemos además encaminarnos hacia aquellas que pueden ser un poco más rebuscadas y necesiten una laberíntica justificación.
Es así como llego (porque creo que lo he hecho sola) a There’s Something Wrong With The Children (2023) dirigida por Roxanne Benjamin es una película que ha sido duramente criticada por su desarrollo más que por su concepto. En ella dos parejas deciden realizar un viaje juntos donde Ben y Margaret (Zach Gilford y Alisa Wainwright) se preguntarán si deberían tener hijos mientras observan el esfuerzo que hacen Ellie y Thomas (Amanda Crew y Carlos Santos) por recomponer su relación para y por los niños. Mientras pasean por el bosque encuentran una especie de ruinas y se adentran a investigarlas donde hallarán un hoyo gigantesco que atraerá la atención de los niños dejando en claro la posición real de los padres que no parecen preocuparse por el desesperado interés que tienen por la oscuridad que los atrae. A partir de ese momento la personalidad de los chiquillos cambia, se vuelve maliciosa, juegan con los adultos y lo disfrutan, haciendo surgir malentendidos y enredos. Ben es el principal objetivo de los pequeños y es quizás el único en notar lo que está pasando, pero es ignorado por sus congéneres alegando que estas ideas surgen de sus problemas mentales.
Como si al volvernos mayores hubiéramos perdido la llave que nos conecta con el mundo que existe más allá del raciocinio se escapa la oportunidad de deslumbrarnos con aquello que no podemos explicar mientras los niños conectan con la naturaleza, con lo fantástico, con aquello que una vez atravesada la infancia escapa del radar para ser reemplazado por el único miedo real que existe: el miedo a morir. Cuando la amenaza no puede ser ignorada, cuando estos infantes muestran sus verdaderas intenciones es que aceptamos que están tratando de matar a sus cuidadores y si atravesamos las discusiones que la película quiere proponer desde la terrible comunicación entre las parejas, pasando por los problemas mentales y rematada con la decisión de traer un hijo al mundo para que la familia conservadora esté completa volvemos a los supuestos adultos decidiendo qué es lo correcto dentro de límites desdibujados(Pasan el tiempo ignorando a las criaturas, tomando alcohol y drogándose).
Todo niño sensible sabrá de lo que estoy hablando
Mirando de cerca son dos películas que no tienen mucho parecido siendo que Abigail es presa no solo de su naturaleza sino de la necesidad de aceptación de su padre mientras Lucy and Spencer (Briella Guiza y David Mattle) encuentran la independencia de sus estresantes tutores el conflicto recorre otras vías y es que estamos tan alejados en perspectiva como en enfoque. No sólo no comprendemos lo mismo, sino que obligamos a los menores a obedecer sin cuestionar ni permitir el lugar para expresar lo que saben o entienden. Porque el infante parece conservar la repuesta a una pregunta que el adulto teme hacerse. El niño no le teme a la vida, sino que quiere experimentarla, recorrerla, conocerla y saborear hasta el último rincón. Por el contrario, el adulto parece no querer saber, explora con miedo y niega tratando de alejar el ansia infantil que lo empuja a vivir. En este recorrido al que ninguno de nosotros escapa, se deforma la visión y olvidamos el deseo para reemplazarlo por el deber. No temo al niño maldito, sino que aliento a que sea el triunfador en las películas, porque lo que realmente me provoca pavor, aquello que se aloja en mis entrañas es el miedo a contemplar en lo que nos convertimos y, finalmente, aceptar que podríamos haber elegido no ser los malvados de la historia, pero simplemente no quisimos.