
El reportero: El 60% de las veces, funciona todas las veces Por Pam Rodriguez
Los ingredientes de la comedia norteamericana y su origen
En el año 1975 se estrena el show televisivo Saturday Night Live (SNL) que siendo creado por Lorne Michaels es un programa humorístico que sienta las bases del humor televisivo con escenas cortas, extrañas y sarcásticas, invitados musicales y presentadores famosos como políticos o estrellas de cine que lanzó a la fama a actores como Tina Fey, Adam Sandler, Maya Rudolph, Jimmy Fallon y Bill Murray entre otros, así como músicos, escritores y productores. El programa continúa al aire y cuenta con 49 temporadas que le siguen dando lugar a un humor básico pero efectivo que amparado en la sencillez aún causa furor en espectadores alrededor del mundo.
Lo difícil de ser sommelier del humor
Elegir qué es lo que causa gracia es como tratar de elegir qué es lo que agrada a la hora de degustar un plato de comida. Algunos prefieren las carnes asadas, otros se decantan por los platos exóticos y están esos que con una soltura casi pueril favorecen la simpleza del menú infantil. Con el humor pasa algo similar y en el cine podemos encontrar un amplio repertorio para saciar todos los gustos, abordando desde la ingenuidad de las comedias románticas que, con situaciones cotidianas y amores eclécticos con final feliz, nos dan una sensación de confort hasta las sátiras que empujan los límites de la crítica hacia el universo que nos rodea atravesando temas como la política, el statu quo o las mismas interacciones humanas en sociedad. Siendo un factor tan importante la perspectiva podemos encontrar un abanico amplio de films para satisfacer las preferencias del espectador. Desde un humor ácido como el de Quentin Dupieux hasta el chabacano que presentan sagas como Scary Movie: una película de miedo (Scary Movie, 2000) hay un margen amplio pero que puede ser acortado si recurrimos a films con humor absurdo como El reportero: La leyenda de Ron Burgundy (Anchorman: The legend of Ron Burgundy, 2004)
¡La espátula de la dulce abuela!
Estrenada en el año 2004 y dirigida por Adam Mckay conocido por La gran apuesta (The Big Short, 2016) o No mires arriba (Don’t Look Up,2021) y protagonizada por Will Ferrell quien encarna a un reportero en los años 70´s que gusta de su éxito como presentador de noticias, los placeres terrenales y las mujeres. Acompañado de un equipo compuesto por Paul Rudd (interpretanto a Brian Fantana), Steve Carrell(Brick Tamland) y David Koechner (Champ Kind) entre otros tantísimos talentos como Fred Willar o Kathryn Hahn cuenta además con la participación de Christina Applegate (Verónica Corningstone) que será la detonante de la trama. En un mundo dominado por los hombres como lo era en las cadenas de noticias de la época el equipo de presentadores del Canal 4 es sacudido cuando se incorpora Verónica una reportera con potencial y ambición que deja en evidencia el poco talento e interés que estos hombres tienen en dar noticias reales.
La película se aleja del humor vulgar, aunque recurra a los mismos tópicos como el sexo o la pulsión homosexual entre hombres que conforman una cofradía dentro y fuera de su trabajo definiendo cada personalidad desde una perspectiva infantil pues son adultos que se comprotan como niños siendo esta la base de la comedia. Dentro de las situaciones disparatadas (como una pelea entre los conductores de programas de noticias de todos los canales que incluyen tridentes, bombas y un hombre prendido fuego), las noticias absurdas y la necesidad de conquistar a las mujeres a través de una virilidad que bordea lo ridículo transitamos situaciones que por lo cotidianas pasan a ser motivo de carcajadas como el perfume de Brian Fantana “Pantera del sexo” que termina siendo asqueroso para quienes lo huelen. Chistes cortos, escenas fuera de contexto y ardillas practicando esquí acuático invitan a un momento para no pensar demasiado, para dejar que nos sorprenda el desvarío y abrazar que en algunas ocasiones el mundo es un absurdo y podemos reírnos de él precisamente porque no tiene sentido.