
La mala educación: La buena introspección Por Matías Carricart
España siempre ha sido un país exportador de cine. Su enfoque en temas universales, pero sin dejar de lado la identidad local, lo llevado a ser reconocido en todo el mundo. Viridiana (1962) de Luis Buñuel, ganadora de la Palma de Oro en Cannes; Cría Cuervos (1976) de Carlos Saura y Tesis (1996) de Alejandro Amenábar son algunas de las más destacadas del Siglo XX. Incluso el terror tuvo sus fichas con [Rec] (2007) de Jaume Balagueró.
En la década del 80, en la movida cultura madrileña comenzó a destacarse el nombre de Pedro Almodóvar. Integrante del grupo de teatro “Los Goliardos” y del dúo punk “Almodóvar & McNamara”, no tuvo la posibilidad de estudiar cine de manera formal, lo que lo llevó a practicar filmando en Súper 8 mientras trabajaba en la empresa Telefónica. Su ópera prima fue Folle… folle… fólleme Tim! (1978), que no tuvo distribución comercial y que al día de hoy se mantiene oculta. Comercialmente se considera como su primera película a Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1985), estrenada en 1980, aunque fue su segundo largometraje Laberinto de pasiones (1988), estrenada en 1982, el que le dio la popularidad.
Su filmografía puede dividirse en cuatro etapas. La primera es una etapa experimental donde capturaba el espíritu de la época abordando temas tambú como la sexualidad y las drogas. Con recursos técnicos y presupuesto limitados, llega hasta ¿Qué he hecho YO para merecer esto!! (1985). En la segunda etapa, se advierte un cine más profesional, lo que lo llevó a conseguir el reconocimiento internacional con Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Además de personajes de la comunidad LGBT, comenzó a abordar el universo femenino, con personajes protagonistas como el de Carmen Maura en la película mencionada anteriormente, lo que llevó a que empiecen a llamarse a sus actrices como “chicas Almodóvar”. Va desde Matador (1986) hasta Kika (1994). En la tercera etapa, se centra más en el melodrama y va desde La flor de mi secreto (1996) hasta Hable con ella (2002). En este período, consiguió el Óscar a mejor película de habla no inglesa con Todo sobre mi madre (1999) y el de mejor guion original con Hable con ella. Finalmente, se puede considerar al inicio de la cuarta etapa a La mala educación (2004).
¿Por qué se considera a La mala educación como el comienzo de un nuevo ciclo en la carrera de Pedro Almodóvar? En 2003, decidió filmar un guion en el que había trabajado durante diez años. En este, narra la historia de Ignacio (Gael García Bernal), un actor que visita a un viejo amigo, el director de cine Enrique Goded (Fele Martínez), para acercarle la historia de sus infancias en un colegio católico en un guion llamado “La visita”, un texto que recuerda el argumento de otra película suya: La ley del deseo (1987). De allí en más, se entremezclan escenas de la niñez de esos amigos y la España de 1980, tomando como núcleo el rodaje de la película de Goded. Claro que Ignacio, que se hace llamar por su nombre artístico Ángel, no resulta ser tal, lo que activa un choque con Enrique y la aparición de otros personajes importantes en la vida de ambos como el verdadero padre Manolo (Lluís Homar), el abusador de la infancia y que luego se hará cargo del relato, convirtiéndolo desde ese punto a La mala educación en un film noir. Hay enamoramientos, chantajes y asesinatos.
Explicar la arquitectura narrativa de este caleidoscopio de historias suena complicado, pero no es el punto central (aunque sí un elemento importante). Más importante es lo que quiere contar: los abusos sufridos en la infancia en un colegio católico y su repercusión en la adultez en una época donde la sociedad estaba reprimida por el franquismo. Enrique Goded es el alter ego de Almodóvar, aunque la película no sea autobiográfica al ciento por ciento. El director utiliza como recursos los saltos temporales para ir desde la infancia a la actualidad y desde la metaficción a la ficción. Los rostros de los personajes se intercambian como sus nombres. No hay un solo Ignacio ni un solo padre Manolo. La influencia del cine de Alfred Hitchcock, con citas a Psicosis (Psycho, 1961) incluida, es notoria. Los personajes son ambiguos, más allá a su intención de ser héroes. Hay un deseo más de venganza que de justicia. Almodóvar y Goded eligen al cine para narrar los abusos durante una época oscura en la historia de España.
En el momento de su estreno, La mala educación recibió críticas mixtas. La polémica surgió porque se alejó de la narrativa alegre que había mostrado en sus películas anteriores para tocar un tema como el de los abusos en la Iglesia. También recibió críticas por la complejidad del guion, con historias dentro de historias. La crítica argentina también le criticó la falta de humor que había llevado a la aparición de las chicas Almodóvar.
Esta cuarta etapa, continuó con otras películas como La piel que habito (2011) y Dolor y gloria (2019), donde se caracteriza la introspección que hace sobre su vida e incursiona con otras historias de metacine. A veinte años del estreno de La mala educación, la película ha sido revalorizada debido a las películas que le continuaron en la filmografía del director español contemporáneo más importante. Porque Almodóvar se animó a contar algo mucho antes que otros y el tiempo le terminó dando la razón.