
Todos contra Freddy: Pesadilla 3 Por Matías Carricart
Si se habla de cine de terror, se pueden mencionar muchas personas que contribuyeron a su explosión. Y uno que no se puede dejar de lado es Wes Craven. El director estadounidense comenzó su carrera como editor antes de dar sus primeros pasos como director de películas condicionadas. A pesar de su reticencia inicial, Craven fue catalogado como catalogado como director de películas de terror. Pánico a medianoche (The Last House On The Left, 1972) y La colina de los ojos malditos (The Hills Have Eyes, 1984) fueron sus primeros módicos éxitos que lo llevaron a obtener ese rótulo.
En 1984 el director estaba leyendo el diario cuando se cruzó con una noticia: varias personas que tenían pesadillas habían muerto mientras dormían. Decidió crear un villano con el aspecto de una persona que había visto en su niñez y le había dado miedo. El nombre Freddy lo tomó de quien le hacía bullying en la secundaria y el apellido lo recicló de Pánico a medianoche. Nacía así el icónico personaje Freddy Krueger. Pesadilla en lo profundo de la noche (A Nightmare On Elm Street, 1986) cuenta la historia de Nancy y sus amigos, unos adolescentes que no deben dormirse, ya que el villano los mata en los sueños. La película fue un éxito y, rápidamente, se encargó una secuela de la que Craven ya no participó.
El regreso de Craven
Craven no quería que su película se convirtiera en una franquicia. Pesadilla en lo profundo de la noche 2: La revancha de Freddy (A Nightmare on Elm Street Part 2: Freddy’s Revenge, 1987) no lo conformó, por lo que decidió volver para la tercera entrega, únicamente para el guion, ya que estaba dirigiendo Obsesión fatal (Deadly Friend, 1987).
Dirigida por Chuck Russell, Pesadilla en lo profundo de la noche 3: Guerreros del sueño (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, 1988) se estrenó en Estados Unidos en 1986. El primer cambio con respecto a sus dos predecesoras es que no hay un único personaje que lucha contra Freddy, sino un grupo de jóvenes que se encuentran internados en un hospital psiquiátrico por la aparición del villano en sus pesadillas. Pero, además, marca el regreso de Nancy (Heather Langerkamp) como una especialista en sueños.
Hay varios elementos que hicieron que esta secuela se destaque por sobre el resto. En cuanto a lo narrativo, no hay una protagonista individual que lucha contra él, sino que lo hace un grupo de jóvenes. Su mentora es Nancy, la final girl de la película original. Además, se conocen más detalles de la vida personal de Freddy Krueger para hacer crecer su mitología: además de haber sido un famoso asesino de niños, a la madre de Freddy la violaron, por lo que él decidió vengarse. El padre de Nancy también regresa como un policía alcohólico que lucha contra Freddy.
Respecto a lo temático, se abordan temas sociales de una complejidad que el cine de terror no hacía en esa época. Que la pesadilla de Kristen (Patricia Arquette), una de las jóvenes internadas, sea interpretada como un intento de suicidio llama a la reflexión sobre cómo era incomprendida y estigmatizada la salud mental en esa época. Con respecto a los otros adolescentes, todos están internados por las pesadillas. Sus miedos son tomados como una locura. Son incomprendidos, formando un equipo como si fueran los mutantes de la saga de cómics de X-Men. El único momento en el que cumplen su objetivo es, justamente, en la pesadilla en la que Freddy los termina atacando. El villano se aprovecha de sus debilidades para atacar. Por esto se diferencia de Pesadilla en lo profundo de la noche 2: La revancha de Freddy, porque Freddy los ataca en lo que primero es su sueño (consiguiendo algunas muertes bastantes creativas), volviendo al mundo onírico y no saliendo de él como había ocurrido en la película anterior.
Hay también un aspecto religioso con la aparición de la madre de Freedy como una misteriosa monja. Con la hermana Mary Helena (Nan Martin) no solo se conoce a otra persona de la familia Krueger, sino que agrega más detalles a su historia de origen. A diferencia de la primera película, donde se dice que Freddy era un asesino de niños, Amanda Krueger revela que fue violada por una multitud y que, fruto de ese abuso, concibió al asesino. Es decir, Freddy Krueger ya estaba condenado a ser un villano desde su concepción.
En cuanto a su elenco, Pesadilla en lo profundo de la noche 3: Guerreros del sueño fue un trampolín para las carreras de Patricia Arquette, que fue su debut en el cine, y de Laurence Fishburne, tal como lo había sido la película original para Johnny Depp. Si bien el resto de los actores no tuvo una carrera destacada, Rodney Eastman y Ken Sagoes repitieron sus personajes en la siguiente secuela: Pesadilla 4: El dueño del sueño (A Nightmare on Elm Street 4: The Dream Master, 1989).
Por último, vale destacar en lo técnico la fotografía de Roy H. Wagner, que supo utilizar una paleta de colores dominada por el rojo para la batalla final, recreando una especie de infierno.
La continuación de la franquicia
Pesadilla en lo profundo de la noche 3: Guerreros del sueño no solo fue un éxito en la taquilla, sino también en la crítica. Por esto, rápidamente se comenzó a trabajar en la secuela Pesadilla 4: El dueño del sueño. Wes Craven presentó una propuesta para la historia pero fue dejada de lado, por lo que no regresó. Tampoco volvió Chuck Russell y el personaje de Patricia Arquette fue recasteado. Luego de Pesadilla 5: El niño de los sueños (A Nightmare on Elm Street: The Dream Child, 1990) y Pesadilla 6: La muerte de Freddy (Freddy’s Dead: The Final Nightmare, 1992), Craven volvió parar llevar a cabo su idea original y dirigió La nueva pesadilla (Wes Craven’s New Nightmare, 1996), siendo una película de metaterror con el regreso de muchos actores del elenco interpretándose a sí mismos.
Pesadilla continuó su saga con un crossover con Jason en Freddy vs. Jason (2003) y un reboot en Pesadilla en la calle Elm (A Nightmare on Elm Street, 2010). En tanto que Wes Craven, decidió continuar desarrollando su idea de La nueva pesadilla en otra gran saga que se convirtió un clásico de fines de los 90 y continúa hasta la actualidad: Scream. Vigila quién llama (Scream, 1996).