A 47 años del estreno de Annie Hall, ¿Se puede separar la obra del artista? por Milagros Longobuco
Se cumplen 47 años del estreno de uno de los guiones más graciosos de la historia del cine y de la creación del concepto manic pixie dream girl, el cual, lejos de ser interpretado por la fabulosa Diane Keaton de los setenta, esta autora decide adjudicarle el término a Woody Allen.
La historia sigue a Alvy Singer (Allen), un comediante cuarentón extremadamente neurótico e insoportable, trabaja como humorista en clubs nocturnos y aparece ocasionalmente en televisión. Tras romper con Annie Hall, una muchacha de diecinueve años que aspira a ser cantante, reflexiona sobre su vida, sobre el porqué lo dejó -sin tener en cuenta la gran diferencia de edad entre ellos-. Lo diferente está en las prioridades de sus vidas y el hecho de que ella recién sale del secundario. El también rememora sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación con Annie. Al final, llega a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que siempre acaban arruinando su relación con las mujeres, pues, desde que comienza la cinta, él dice que: “No me gustaría estar en un club donde yo esté como miembro” lo cual tiene mucho sentido teniendo en cuenta la naturaleza insufrible del personaje.
Y ahora deben preguntarse, ¿Cómo puede ser que un personaje masculino entre dentro del arquetipo de MPDG teniendo en cuenta que es un hombre y que Annie Hall entra en las características? Bien, primero comencemos con la definición de dicho arquetipo en el mundo del cine: “Son los personajes femeninos que representan a la chica de los sueños de ellos. Son excéntricas, trastornadas, con una energía desbordante. Torpes, entrañables e infantiles y sobre todo, su función dentro de la trama es la evolución del protagonista”.
Ahora, poniendo el foco en el personaje del director, Alvy es un señor repleto de trastornos, excéntrico y con una energía desbordante que avasalla a cualquiera. A decir verdad, también nos interpela en cada momento donde nos hace parte de la narrativa al romper la cuarta pared (de una manera extraordinaria, por supuesto, ya que se siente orgánico y
para nada forzado). Es torpe, entrañable e infantil, se la pasa durante toda la
película idealizando a Annie, tratando de que ella alcance todas las expectativas que debería tener una mujer de cuarenta años, pero obviando que todavía sigue siendo una adolescente. Su personaje es el motivo por el cual ella evoluciona y alcanza sus sueños. Él, por otro lado, se queda estancado en el pasado.
Influencias dramáticas en un film muy divertido
Annie Hall (1977), ganadora de cuatro premios Oscars, está basada en la historia del director en aquel momento. Woody Allen atravesaba una situación similar a la de Alvy. En una entrevista con Brian Linehan, Allen expresa que Alvy está basado en él. En Annie Hall proyecta sus inseguridades de aquel momento, las cuales eran dejar de ser comediante -reciente empleo que había obtenido- para continuar y dedicarse solamente a la escritura, que era lo que más dinero le atribuía. Deben así, imaginarse lo buena que era su prosa que dicho guión de esta película fue ganador del premio de la Academia. Allen es un genio al momento de crear historias y crear personajes reales, con los cuales podemos generar empatía. Cabe destacar que son ellos quienes se cargan la película en la espalda. Si bien, los recursos cinematográficos utilizados son hermosos (podemos encontrar las influencias de los cineastas favoritos del director en ellos) lo más importante, lo que hace que la película sea entrañable y que prevalezca vigente hoy en día, son sus personajes. Su historia. Esto, podría deberse a que es un proyecto personal del artista, durante la entrevista, él relata que, en sí, Alvy es el “qué hubiese pasado sí…” de Allen. Algo que, a su vez, dispara ciertas alarmas.
¿Se puede separar el arte del artista?
Annie Hall, bella, excéntrica y vigorosa tiene tan solo diecinueve años. A lo largo del metraje, Alvy se jacta que es demasiado infantil e inmadura, que no puede estar con ella pero que tampoco puede vivir fuera de ese vínculo, él, que tiene cuarenta años.
A su vez, justifica su relación en distintas escenas donde se la vé a ella en
relaciones pasadas con hombres mayores, dando a entender que ella es “más
madura que su edad” que “cayó en sus encantos” y que no es alarmante que esté saliendo con una chica que acaba de salir del secundario.
Eso nos lleva inevitablemente a deducir que el director proyecta sus gustos en sus películas. Por si no sabían, les comento, que Woody Allen está casado con Soon-Yi Previn, hija adoptiva de Mia Farrow y André Previn, con quién se lleva 35 años de diferencia. Ambos se conocieron cuando él estaba en una relación con su madre, Mía Farrow, en ese momento, ella tenía diez años más, según declaraciones oficiales de la pareja, no se conocieron hasta que Soon-Yi tenía 17 años y se rompió el tobillo. En esa ocasión fue Woody Allen el que la llevó al médico y comenzaron a ver juntos partidos de los Knicks. Se puede decir entonces, de forma irónica, que Allen encontró a su Annie Hall. Una relación que podría ser tomada como paternal se convirtió en algo más con el paso del tiempo. En 1997 la pareja se casó en Italia. Hoy en día tienen dos hijos adoptivos juntos. Este suceso, lejos de ser el único escándalo con el que cuenta el director es uno de los más llamativos junto con la denuncia de abuso sexual intrafamiliar a su hija Dylan Farrow, que había adoptado con dicha actriz, cuando ella tenía siete años. No obstante, el abuso no pudo ser comprobado.
Ante estas polémicas, Hollywood se dividió en dos. Aquellos que condenan al
cinematógrafo y los que todavía lo apoyan, entre estos últimos se destaca la figura de Javier Bardem y Diane Keaton, respectivamente. Luego del movimiento Me too, dónde se destapó la olla de lo que sucedía tras bambalinas, la actriz declaró que continuará apoyando a su amigo y que sigue creyendo en él. Otros, declaran que continúan consumiendo sus películas pero que no pueden soportarlo, es ahí donde se instala la pregunta: ¿Se puede separar verdaderamente el arte del artista? La famosa influencer de cine Sandra Miret (@soymela. en tik tok) habla sobre este caso, extrapolarizando la vida del autor con sus obras, exponiendo como se presenta de forma constante el age gap entre los protagonistas masculinos con sus intereses amorosos y poniendo en tela de juicio a aquellos que consumen su arte con el estar a su favor. A diferencia de ella, esta autora cree que el arte está para observar, pensar y aprender. Se lo puede apreciar siempre y cuando se comprenda el contexto y la vida de esta persona. Quien escribe aquí está contra, pero eso no quita el hecho de que se pueda valorar una película excelente, mirándola con ojos de ahora y criticando, por supuesto, aquello que hace ruido.