
Shot through the heart: Vampiros 2, los muertos Por Gabriel Conversano
En el cine de terror podemos encontrar todo tipo de espantos y abominaciones que durante los años han atormentado a su público objetivo. Desde demonios poseyendo personas, seres anfibios, muertos vivientes, asesinos psicópatas, entre muchísimos otros que destacan por sus rasgos más particulares.
Pero sin duda ahí tres de ellos que destacan por su longevidad y vigencia y son el monstruo de Frankenstein, el Hombre Lobo y al Vampiro.
Este último ser de infinita maldad y poder desde su creación a manos del novelista y escritor Abraham “Bram” Stoker en 1897, no ha hecho otra cosa que cosechar éxitos capturando a todo tipo de público de cualquier medio en el que se lo ponga.
Pero las cosas no son fáciles para este chupasangre, porque como si se tratase de dos caras de una misma moneda, el bueno de “Bram” no dejo desamparada a la humanidad y le otorgo a un paladín el cual si bien ha sido poco explorado, en el ahora lejano 2002 con la dirección de Tommy Lee Wallace (Halloween III: El día de la bruja, La Hora del Espanto 2) tomaría la mítica figura antagónica del doctor Abraham Van Helsing, médico neerlandés experto en enfermedades misteriosas, para crear la secuela de Vampiros (John Carpenter’s Vampires, 1998), llamada Vampiros: Los Muertos (Vampires 2: Los muertos, 2002).
En su primera parte, los vampiros buscaban la manera de volverse diurnos mediante un ritual que involucraba, una cruz y el sacrificio de un cazador. Este mismo conflicto es el que Wallace elige contar en su historia, aunque de una manera más sobria debido a factores como el presupuesto y su lanzamiento directo a formato hogareño.Como en la anterior producción, nuestro protagonista es un cazador interpretado esta vez por Jon Bon Jovi quien es Derek Bliss al cual se le encomienda la peligrosa tarea de detener a “Una” vampiresa, la cual continúa con el plan de Valek (Thomas Ian Griffith), que Jack Crow (James Wood) frustro en la primera parte. Para esto Derek estará acompañado de Sancho (Diego Luna) un joven que quiere ser cazador, el padre Rodrigo (Cristián de la Fuente), Zoey una mujer que lucha contra su vampirismo a base de una droga experimental y por último está Ray Collins (Darius McCary) otro cazador “experimentado”.
Todos los personajes tienen su momento bajo él reflecto y realmente se comportan de manera proactiva para con la historia, sus objetivos y motivaciones están claras y son conscientes del universo que los rodean, a excepción de Ray el cual no se explican algunas de las decisiones que toma.
Muchas de las buenas ideas que Carpenter tuvo para la primera parte son rescatadas por Wallace, la manera de cazar, los artilugios, las organizaciones, todo es muy interesante, porque en la mayoría de los casos, las producciones de vampiros son desiguales, por un lado, tenemos a un ser de casi infinita fuerza, enfrentándose a personas comunes las cuales no tienen más herramientas que las del folclore universal.
Pero en este caso es todo lo contrario, con base en estrategia, ingenio y trabajo en equipo es que se resuelve el conflicto, los personajes son lo más humano que se pueden plasmar, Derek está lejos del Crow de Wood, con él podemos empatizar y entender por qué hace las cosas, como decirle a Sancho que por más dinero que pueda ganar, ser cazador no es tan bueno como suena. Oh Zoey que, en su momento más importante, acciona de manera coherente eh inteligente.
Otro detalle positivo es su rodaje diurno, con muy pocas escenas por la noche, lo que le permite al espectador poder apreciar más las escenas de acción y hace resaltar mucho más los bellos emplazamientos que se eligieron para el rodaje, que, si bien no destaca por su fotografía, se mantiene dentro de lo correcto y sin el aburrido “filtro México” que las grandes producciones acostumbran a usar.
Vampiros: Los muertos es una secuela que busca expandir el universo establecido por su primera parte, es una producción que busca explorar la otra cara de la moneda de este tipo de historias, la cual es la figura del cazador, poco tratada a la hora de contar este tipo de historias debido a la popularidad de la que los señores de la noche tienen, pero que todo el equipo logra enaltecer.