Tiburón: Si fueras Spielberg, también sonreirías por Erica Zur Werra
Muchas películas se han convertido en clásicos a lo largo de la historia, algunas fueron éxitos rotundos al momento del estreno y otros fueron tomando relevancia con el pasar de los años independientemente de su taquilla.
Podría decirse que muchos cineastas logran tener éxito, pero provocar un cambio en la industria, en la vida del director y en la sociedad al mismo tiempo, muy pocos. Hay hitos que cambiaron la historia y Steven Spielberg fue el creador de uno de ellos. Tiburón (Jaws, 1975) fue su primera obra maestra y su puente para entrar al radar de los mejores estudios y actores que hasta el momento lo veían como un director demasiado joven para cosas importantes.
Un director todo terreno
Steven Spielberg pone mucho de su historia personal en las películas, podría decirse que la familia, la relación padre e hijo y la unión de la comunidad frente a las dificultades son la base de muchas de sus historias. Puntos fuertes a los que vuelve para, de alguna manera, sanar mediante el arte.
Su primer cortometraje lo dirigió a los 17 años, pero siendo más chico había practicado filmando a sus hermanas.
El amor por el cine lo tuvo desde aquellos momentos, pero lo que definió sus ganas de ser director fue ver Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia, 1962). Si bien cuando la ve por primera vez su reacción fue el de abandonar ese sueño, porque la película le dejaba los estándares muy altos y no se sentía capaz de llegar a esos niveles de perfección, la volvió a ver entre tres o cuatro veces más en la gran pantalla y decidió que no podía abandonar su deseo “Me di cuenta que ya no me echaría para atrás, que esto era lo que iba a hacer o por lo menos moriría en el intento. Me dedicaría a esto el resto de mi vida” Steven Spielberg (Spielberg, 2017).
Algo que lo caracteriza es el trabajar bajo presión, le gusta llegar al set de filmación y no saber que va a hacer ese día, dice que así le llegan las mejores ideas, que el estar seguro lo hace trabajar menos que yendo en plena incertidumbre. Cuestión que quedo clara en la creación de su primer gran éxito, el que lo acercaría a las grandes ligas.
No culpes a la playa
En 1975, en Los Ángeles se sabia que este joven director de unos 27 años estaba filmando una película sobre un tiburón basada en el libro de Peter Benchley llamado “Tiburón”, los rumores decían que iba a ser un desastre.
El actor Richard Dreyfuss, fue contratado un día después de comenzado el rodaje y aun no tenían el resto del elenco, ni el guion, ni el tiburón.
Uno de los primeros desafíos que quiso enfrentar Spielberg fue filmar directamente en el mar. Esto nunca se había realizado, siempre se filmaba en un lago o en un set de filmación del estudio Universal.
Cuando se adentra en alta mar, se da cuenta de todos los factores extras que interfieren en su producción, factores naturales que no podía controlar, como el viento, el color del mar a ciertas horas, la puesta del sol, etc. “Pensé que iba a ser facil, pero no sabia nada de mareas y corrientes. No sabia que el viento afecta el mar, que el color del cielo afecta el color del mar. No lograba combinar nada. Fue una pesadilla, una tras otra. Pensé que nunca terminaría. Di por hecho que me despedirían”. Spielberg (Spielberg, 2017).
Tiburón fue aterradora antes, durante y después de su filmación.
Sumado a estos inconvenientes, llegaba el momento de presentar al gran protagonista, pero el animatronic no funcionaba y en su primera toma se hundió. Se quedaba sin tiempo para reconstruirlo, asi que habría que filmar sin el animal. ¿Filmar sin el tiburón en una película sobre un tiburón? Se puede decir que no hay nada mas atemorizante que el miedo a lo desconocido, a lo que no se ve, pero hay que lograr transmitir ese temor. Aquí es donde los efectos prácticos y la música entrarían en acción, tenían que hacerle creer a los espectadores que el tiburón estaba cerca sin poder verlo en pantalla. Y quien lo ayudo a lo grande, al director, fue John Williams, uno de los directores y compositores musicales mas importantes de la historia del cine, quien con dos notas principales logró que al escucharlas supieras que el peligro se acercaba, aunque no lo pudieras ver. Ese sonido, mas una aleta en la distancia, o unos barriles que surcan el agua a toda velocidad, hicieron prácticamente innecesario tener que ver al tiburón completo. Bruce, como se lo conoció después, siempre estaba presente en las playas de Amity aunque su cuerpo no fuese vislumbrado. John sabia que necesitaba un sonido primitivo, primario, como la naturaleza del tiburón. Esto fue fundamental y el salvavidas más importante para lograr la película. Ese sonido quedo vigente hasta hoy y aunque no estes en el agua, cuando esta por suceder algo importante, siempre hay alguien que va a tararear esas dos notas para ponernos en situación.
Años después el mismo Spielberg diría que de alguna forma, que no funcionara el animatronic fue lo que hizo que lograra lo que logró, hoy en día podría editarla y poner el tiburón de forma digital pero ya no sería lo mismo, para esa película no era necesario ver, era necesario sentir.
Cambios en el cine y en Hollywood
La presión era bastante grande, sumando que el libro de Benchley se convirtió en un bestseller durante la filmación. La película era un caos, todos apostaban a un gran fracaso, nadie estaba preparado para lo que venía.
Los avances y publicidad en televisión para promocionar una película por aquellos momentos no eran comunes, pero Tiburón logro crear el sentido de “anticipación”, de expectativa por querer ir a ver una película al cine. Se convirtió en la primera película en ser estrenada en mas de 400 salas, aunque luego el estudio quiso recortar la cantidad a la mitad para poder generar largas filas y que la gente que realmente quisiera verla tuviera que trasladarse a otros cines.
Hoy parecería descabellado hacer una fila real en la puerta de un cine para sacar una entrada, pero hace 50 años era la única forma. Podías estar ahí y que de repente saliera un empleado del cine a decir que quedaban pocas entradas y que no ibas a poder entrar a tiempo.
Eso empezó a generar Tiburón, fue mas que un estreno, se convirtió en un evento cinematográfico que cambio las reglas del juego. El marketing se volvió importante, el momento en que se estrena la película se volvió importante, el estreno en verano se volvió la fecha más buscada.
A diferencia de otras películas, esta fue un éxito en taquilla y en criticas al momento de su estreno, se llegó a decir que era solo comparable con El exorcista (The exorcist, 1973) y fue la primera película en la historia en superar la barrera de los 100 millones de dólares en recaudación. Este detalle es el que marcaria un antes y un después en la relación del cine y la academia de los Oscar y entre los cineastas “cool” y serios con Steven Spielberg y los blockbusteres. De hecho, para los premios Oscar de ese año Tiburón fue nominada como mejor película, pero Steven no fue nominado como mejor director. Algo que pudimos ver en el 2023 con Barbie (Barbie, 2023) donde se la nomino como mejor película, pero se dejo por fuera a su directora Greta Gerwig, como si las historias hubieran salido de un repollo y el director no estuviera involucrado en el proceso.
El prejuicio seguiría un poco mas a Spielberg, primero porque era muy joven, luego se lo critico por hacer películas comerciales destruyendo asi la esencia del cine y cuando incursiono en otros géneros lo acusaban de que ahora quería hacerse el serio. Nada les venia bien, pero como se dice, el sol no se puede tapar con la mano y esos dichos fueron quedando obsoletos. Tiburón solo fue la punta del iceberg y su director hoy es uno de los mas respetados e influyentes de la historia del cine.
Esta película también expandió el universo del merchandising, ya no solo eran remeras estampadas, podemos encontrar juguetes para niños, figuras de colección y videojuegos. Incluso abrió las puertas a los “detrás de escena” y los documentales sobre como se hacen las películas, que por aquellos años eran muy raros. En principio fue en forma de libro y luego llego el formato VHS, lanzado en una edición de lujo para coleccionistas.
Otro aspecto menos mencionado es lo que tiene que ver con el arte gráfico. La portada de presentación de la película, el tiburón ascendiendo a comerse a la chica nadando en la superficie creado por Roger Castell, fue usado con posterioridad para diversas situaciones cotidianas. En Estados Unidos, por ejemplo, se uso para representar momentos políticos donde el tiburón era la representación de algún presidente, algún candidato o alguna problemática del momento.
Véanla antes de ir a nadar
La película fue estrenada en verano, no fue coincidencia, el verano es sinónimo de playa y la playa de mar. En el mar se encuentra el terror. Y eso fue lo que produjo en mucha gente esta historia, si se le pregunta a los que vieron la película por primera vez en los 70, muchos dirán que luego de eso no les fue facil volver a meterse al agua y otros directamente no volvieron a hacerlo. “No sabes la cantidad de gente que se me acercaba y me decía que por Tiburón nunca más se volvió a meter al agua asta hoy” Bill Butler, director de fotografía de Tiburón (The Shark is still in working, 2007).
Lo que en su momento causo Psicosis (Psycho, 1960) con respecto a chequear lo que hay detrás de la cortina de la ducha, Tiburón lo hizo con el mar. Pero como muchos miedos, algunos se vuelven irracionales y carentes de contenido verdadero. Si bien la película habla del tiburón blanco como el asesino de hombres por naturaleza, esto no es real. El animal por sí mismo no tiene una sed insaciable de sangre humana, no distingue entre seres humanos y otras especies. Pero la película logró, sin quererlo, dejar en la consciencia colectiva que el tiburón blanco es asesino.
Tanto fue así que, en una época, hubo una ola de pescadores que se lanzaron al mar a la caza de estos animales, como nos cuentan en el documental Jugando con tiburones (Playing with Sharks, 2021). Un año antes de su fallecimiento, Benchley dijo “sabiendo lo que ahora sé, hoy no podría escribir el libro.” Y por su lado Spielberg en una entrevista con la BBC en 2022 expreso “una de las cosas que aun temo, no es que me coma un Tiburón, sino que los tiburones estén de alguna manera enfadados conmigo por el frenesí de los pescadores que se produjo después de 1975. Lamento de verdad y hasta hoy la reducción de la población de tiburones a causa del libro y la película”.
Pero para ser justos, es una ficción que no puede ser tomada como cierta, es correcto darle la responsabilidad a la sociedad que, basándose solo en una buena historia, la toma como verdadera y decide ir a matar a todo ser vivo que se le cruce. Después de todo, cuando vieron Encuentros cercanos del tercer tipo (Close Encounters of the Third Kind, 1977) no salieron todos en masa a matar científicos para que no traten de comunicarse con los extraterrestres, al menos por ahora.
Un gran cineasta, un gran director, pero sobretodo un gran narrador de historias. Porque muchos pueden aprender a filmar un gran plano, pero no todos saben qué hacer con él.
Steven Spielberg creó una obra maestra que perdurara por siempre, pero además, dejó algo que pocos pueden, un legado enorme y fuerte como un tiburón blanco.