Un torbellino de cambio y expresión en el cine: Aniversario por los 50 años de El Exorcista de William Friedkin por Camila Arjemi Alvarez
El cine es un arte que trasciende las barreras del tiempo y del espacio, creando emociones, ideas y realidades de una manera única y poderosa. A través de las historias que cuenta, explora temas complejos y profundos que tienen un impacto significativo en la cultura popular y en la sociedad. Las películas tienen el poder de moldear opiniones, comportamientos y actitudes como un espejo crítico de los cambios sociales y políticos.
Han pasado 50 años desde el estreno de El exorcista (The Exorcist), una película que no solo definió el género de terror, sino que también se convirtió en un hito cultural, social y cinematográfico que perdura hasta hoy. Estrenada el 26 de diciembre de 1973 (llegando a la Argentina ocho meses después), este film dirigido por William Friedkin dejó una marca imborrable en la historia del cine como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.
Hasta entonces, el cine de terror se centraba en criaturas clásicas como vampiros y hombres lobo. Sin embargo, Friedkin desafió las normas establecidas sobre lo que era aceptable mostrar en la pantalla, llevando al público a confrontar sus miedos y sus creencias a través de temas tabú como la fe, el bien y el mal, y la existencia de lo sobrenatural mediante la posesión demoníaca de una niña de 12 años, basada en la novela de William Peter Blatty.
El exorcista no solo fue un éxito de taquilla, sino que también generó reacciones mixtas. Fue aclamada por su innovación cinematográfica, pero recibió críticas por su cruda representación gráfica del horror. Además, fue la primera película de terror en ser nominada a 10 premios de la Academia, incluyendo Mejor película, y ganó en categorías como Mejor Guión adaptado y como Mejor Sonido.
Conociendo su origen e inspiración.
El 7 de agosto de 2023 falleció William Peter Blatty, conocido por su novela El Exorcista, publicada en 1971, basada en un hecho real del diario The Washington Post acerca de un niño de 14 años sometido a un exorcismo. Años más tarde, se reveló que fue un ingeniero de la NASA, reconocido por sus contribuciones al éxito de la misión Apolo 11, que llegó a la Luna el 20 de julio de 1969. Uno de sus aportes fue la creación de los paneles protectores que recubrieron la nave para evitar su desintegración al regresar a la atmósfera.
La historia atrajo la atención del público, lo que llevó a Warner Bros. a asegurarse rápidamente los derechos para la adaptación cinematográfica del mismo nombre. Aunque se consideraron varios directores, incluyendo a Stanley Kubrick, William Friedkin fue el elegido, recién galardonado con un Oscar por su trabajo en Contacto en Francia (The French Connection, 1971).
El apoyo de Blatty, quien adaptó su propia obra para la película, fue fundamental para que Friedkin pudiera elegir al elenco. A pesar de las consideraciones iniciales de incluir a Marlon Brando, Shirley MacLaine o Audrey Hepburn en el reparto, finalmente los papeles principales fueron para Ellen Burstyn como Chris MacNeil, madre de la niña, Linda Blair como Regan, Jason Miller como el padre Karras y Max von Sydow como el padre Merrin.
El nuevo Hollywood: una nueva forma de ver el cine.
El Exorcista llegó en un momento crucial del cine norteamericano durante el periodo conocido como Nuevo Hollywood con directores que buscaban romper con las convenciones establecidas y explorar temas más provocativos y personales. Este movimiento cultural se desarrolló en un contexto marcados por diferentes eventos significativos como el final de la guerra de Vietnam, el movimiento hippie, el uso experimental de las drogas, el escándalo de Watergate y el impacto del asesinato de Sharon Tate por el clan de Charles Manson en la década de 1970. Películas emblemáticas como Serpico (1973) de Sidney Lumet, El Padrino (The Godfather,1972) y Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola, Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese y La guerra de las galaxias (Star Wars,1977) de George Lucas, reflejaron la búsqueda de un nuevo cine que desafió lo establecido con innovación y autenticidad.
Sin embargo, esto no significa que no hubiera películas sobre posesiones antes del estreno de El Exorcista. Ya existían antecedentes cercanos como El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby,1968), dirigida por Roman Polanski, y La posesión de Joel Delaney (Possession of Joel Delaney,1972) de Waris Hussein. Pero Friedkin fue más allá presentando el mal del modo más crudo y sin precedentes, desafió cualquier tipo de tabú y creencia de la época sobre la religión, el sexo y la infancia. Por ejemplo, cuando Regan ya poseída se masturba con un crucifijo, el giro de su cabeza a 360 grados o el vómito verde sobre el padre Karras.
Actualmente, la audiencia está acostumbrada al terror más gráfico y gore, pero en aquel momento las escenas icónicas de la película causaron reacciones extremas entre los espectadores, como vómitos, desmayos y crisis nerviosas. Fue entonces cuando la palabra «exorcismo» comenzó a ganar notoriedad.
Linda Blair y la maldición de los niños actores.
En la industria del entretenimiento, numerosos actores infantiles han dejado una huella significativa en la historia del cine. Algunos de ellos lograron transitar hacia la edad adulta sin contratiempos y han forjado carreras prometedoras, como Jodie Foster en Taxi Driver (1976), Natalie Portman en El perfecto asesino (Leon, 1994), Elijah Wood en El ángel malvado (The Good Son, 1993), Joseph Gordon-Levitt en 3rd Rock from the Sun (1996), Leonardo DiCaprio en Growing Pains y Kirsten Dunst en Jumanji (1995), entre otros. Lo notable es que estos actores comparten un elemento común: el apoyo de sus padres a lo largo de su trayectoria.
Sin embargo, otros actores infantiles no tuvieron la misma suerte, ya que se enfrentaron a diversas presiones que les impulso la fama y su entorno. Como resultado, muchos recurrieron a todo tipo de excesos para lidiar con estas cargas, como Judy Garland de El mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939), Macaulay Culkin de Mi pobre angelito (Home Alone, 1990), Haley Joel Osment de Sexto sentido (The Sixth Sense, 1999), Amanda Bynes de Un gran mentiroso (Big Fat Liar, 2002) y Lindsay Lohan de Juego de gemelas (The Parent Trap, 1998). A pesar de sus inicios prometedores como jóvenes actores, se encontraron en una espiral descendente. Algunos intentaron retomar una carrera exitosa como adultos en la industria o en otros campos, mientras que otros llevaron vidas relativamente normales fuera del ojo público.
Un ejemplo notable de perseverancia es Drew Barrymore, quien ganó reconocimiento internacional por su papel en la película E.T., el extraterrestre (E.T. The Extraterrestrial,1982) cuando tenía solo siete años. Sin embargo, su infancia estuvo marcada por el abuso de sustancias y problemas familiares. Afortunadamente, logró superar esas dificultades y ha tenido una carrera exitosa como actriz y productora en la industria del entretenimiento.
Un nombre reconocido entre los fanáticos del terror es el de Linda Blair en su papel icónico como Regan MacNeil en el filme El exorcista, el cual consiguió a los 14 años cuando fue elegida entre 600 aspirantes en el que superó a otras actrices prodigio como Melanie Griffith y Laura Dern. Aunque ganó un Golden Globe por su actuación, su carrera posterior no alcanzó el mismo nivel de éxito. Sufrió depresión y adicciones debido a la dificultad para ser considerada en roles distintos a los de chicas en peligro, así como poder cumplir con los estándares de belleza de Hollywood, quienes se burlaban de su peso, luego del estreno de El Exorcista 2: el hereje (Exorcist II: The Heretic, 1977), continuación que fue un fracaso de taquilla.
Con el paso del tiempo encontró una nueva dirección a su vida, con la creación de una fundación sin fines de lucro llamada Linda Blair WorldHeart Foundation, dedicada al rescate y rehabilitación de animales abandonados. Blair ha participado en numerosas campañas para concientizar sobre el abuso animal y promover la adopción de mascotas. Además, se volvió vegana y escribió un libro sobre su experiencia. Pudo encontrar un equilibrio en su carrera en el entretenimiento, su activismo y labor filantrópica.
Realidad o ficción de una leyenda que perdura.
Es común que algunas películas de terror sean asociadas con historias de «maldiciones» o eventos inexplicables que rodean su producción o el destino de quienes participaron en ellas. Estas leyendas urbanas y supersticiones pueden contribuir a la atmósfera de misterio y horror que rodea a muchas de estas películas, como La profecía (The Omen, 1976), Poltergeist (1982) pero uno de los casos más notorios es con El Exorcista, cuya producción estuvo marcada por una serie de incidentes graves.
Durante el rodaje, el decorado que representaba la casa de la familia MacNeil se incendió lo que provocó un retraso de seis semanas y la trágica muerte de tres operarios. Además, se registraron otras pérdidas dolorosas, como la muerte del hermano de actor Max Von Sydow, quien interpretó al padre Merrin; el fallecimiento del abuelo de Linda Blair; así como la muerte de un técnico y un vigilante. Jason Miller, quien personificó al padre Karras, también fue afectado cuando su hijo sufrió un accidente de moto. Posteriormente, se sumaron al número de fallecidos dos actores, Jack MacGowran (Burke Dennings) y Vasiliki Maliaros (la madre de Karras), quienes en la película interpretaron personajes que también morían.
Estos incidentes intensificaron la misteriosa maldición, lo cual llevó al director a tomar la decisión de llamar a un sacerdote para exorcizar a todo el equipo de producción.
Además de ello, Friedkin sometió al elenco a métodos poco convencionales, como mantener el set de la casa de Regan dentro de una cámara frigorífica para capturar el vaho de la respiración real. También recurrió a la explosión de petardos para mantener a los actores en un estado de tensión y miedo. En una escena, Ellen Burstyn (Chris MacNeil), quien llevaba puesto un arnés, fue abruptamente despedida para simular de manera más realista la fuerza demoníaca que la tiraba, lo que resultó en una lesión en su espalda. Incluso Linda Blair sufrió lesiones en sus brazos para captar mejor la esencia de su personaje.
Vigencia y legado.
Desde su estreno hasta el presente, El Exorcista no solo ha demostrado su habilidad para asustar y perturbar de manera atemporal, sino también su capacidad para explorar los temores más profundos de la humanidad. Ha dejado un legado de numerosas secuelas, imitaciones y referencias que difícilmente pueden igualarse.
1 Comentario
Cami, adorada amiga cinéfila, me encantó leer tu artículo aprendiendo aún más del séptimo arte que tanto nos apasiona. ¡Espero los próximos!
Beso enorme